Periodismo

Coincidencias de ‘La Púrpura Negra’ con la elección del Papa Francisco

Mi padre publicó en 2008 una novela cuya trama giraba acerca de un periodista de investigación que se infiltraba en el Cónclave para la elección del Papa que iba a suceder a Benedicto XVI. Lo sorprendente es que cinco años después, justo cuando la elección estaba prevista en al novela, ésta se produce y da como resultado una serie de coincidencias del Papa Francisco con el Papa entrante en la novela ‘La púrpura negra’. Procedo a relatar las mismas.

1.- Nacionalidad

Tanto el papa Francisco actual como el Papa de la novela, Adriano VII, son de nacionalidad argentina. Pensar en un Papa argentino hace siete años, cuando se empezó a escribir la obra era prácticamente un ejercicio literario de ciencia ficción. El punto de partida de la novela es una noticia publicada en el diario El País, allá por los primeros años ochenta, sobre un arzobispo argentino que abandonó su condición eclesiástica por el amor de una mujer.

2.- Nombre

Jorge Mario Bergoglio en la realidad y Jorge Darío Mendoza en la ficción. Pero el autor asegura que la coincidencia podría haber ido más allá: “En los primeros borradores de la novela el cardenal se llamaba Jorge Mario Mendoza. Lo cambié a Jorge Darío porque un amigo, precisamente argentino, me insistió en que Mario era poco común como segundo nombre en su país”.

3.- Dignidad eclesiástica

Tanto el personaje real, como el de la ficción, además de ser cardenales, ocupan la sede arzobispal de Buenos Aires, son primados de la Iglesia argentina y presidentes de la conferencia episcopal.

4.- Estudios

El Papa actual vino a España a completar sus estudios en Alcalá de Henares y el Papa de la ficción vino a España a estudiar en la Universidad Pontificia de Salamanca.

Bergoglio impartió clases en el seminario jesuita de Buenos Aires. Mendoza lo hizo en el seminario diocesano de Buenos Aires.

5.- Profecía de San Malaquías

En la novela, el profesor Martín Crespo descubre una nueva profecía de san Malaquías titulada De terris extremis. Esta expresión latina, literalmente, significa “de tierras lejanas”, pero Cicerón y Tito Livio la utilizan con el significado “desde el fin del mundo”.

El Papa Francisco, en sus primeras palabras desde la logia de San Pedro dijo textualmente: “Sabéis que el deber del cónclave era dar un Obispo a Roma. Parece que mis hermanos Cardenales han ido a buscarlo casi al fin del mundo”.

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6.- Enamorados

Jorge Mario Bergoglio, en su adolescencia estuvo enamorado de una chica llamada Amalia, a la que prometió: “Si no me caso con vos, me hago cura”. Jorge Darío Mendoza entra en el cónclave con la idea de abandonar su condición eclesiástica al finalizar la elección papal, ya que, durante una crisis de fe religiosa, se ha enamorado de una galerista de arte italiana con la que piensa casarse.

7.- Papa de compromiso

En ‘La púrpura negra’ los electores están agriamente divididos entre un cardenal norteamericano, primer mundo, y un candidato del tercer mundo, un cardenal indio. Finalmente, llegan a una solución de compromiso eligiendo a un papa del segundo mundo: Sudamérica.

Antes de comenzar el pasado cónclave, todos sabíamos que había dos tendencias mayoritarias: los poderosos e influyentes electores italianos optaban por el cardenal Scola, arzobispo de Milán. Muchos europeos y todos los norteamericanos se inclinaban, o bien por el estadounidense Dolan o por el canadiense Ouellet.

A la vista de los acontecimientos, la elección de Bergoglio ha debido ser un candidato de compromiso ya que no había aparecido en ninguna, absolutamente en ninguna, de las quinielas previas.  Probablemente, ante las posturas enfrentadas e inamovibles de los tres primeros escrutinios, durante la comida del segundo día del cónclave surgiría la idea de buscar un candidato diferente a los “oficiales” Debió aparecer en el  cuarto escrutinio y se consolidó en el quinto y definitivo.

Si después de leer estas extraordinarias coincidencias, os entran ganas de leer la novela, podéis hacerlo aquí en versión ebook. Su edición en papel se agotó en su momento.

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